
Carta de Tita García Élez.
Hace apenas dos años, Talavera de la Reina cambiaba de timón. Tras cuatro años de gobierno y una mayoría absoluta que transformó la ciudad en varios frentes como urbanismo, empleo o patrimonio, en mayo de 2023 el Partido Popular tomaba la alcaldía con el apoyo de Vox.
El nuevo alcalde, José Julián Gregorio, prometía una “Talavera del cambio”, con aire renovado, gestión eficaz y grandes proyectos. ¿Pero qué ha pasado realmente desde entonces? ¿Dónde está ese supuesto impulso? La respuesta corta es que está en los titulares, pero no en las calles. Al final se trata de promesas que no pisan la calle.
Desde que tomó posesión, el equipo PP-Vox ha logrado un mérito incuestionable: dominar el relato mediático. Pero cuando se apaga la cámara, Talavera sigue esperando. Ejemplo de ello es que aprobó un presupuesto de 80 millones de euros pero más allá del anuncio, poco se ha concretado. La compra del Alfar ‘La Purísima’ suena bien, pero no hay calendario de obras, ni proyecto claro, ni impacto económico estimado.
El nuevo contrato de limpieza (64 millones para 10 años) es la gran apuesta del alcalde, pero vecinos y vecinas siguen viendo contenedores rebosando y aceras con más polvo que dignidad.
¿Y en patrimonio? Unos fondos del Ministerio han salvado la muralla con, por cierto, un proyecto heredado del anterior gobierno como es el Plan Director de la Muralla; pero el resto del casco histórico sigue abandonado y sin rastro del famoso plan de revitalización cultural.
Mientras tanto, las asociaciones vecinales reclaman más atención, los comerciantes piden medidas reales y los jóvenes siguen haciendo las maletas, por no mencionar que quienes vivimos en Talavera pagamos un 25% más de agua y un 100% más de basura.
¿Gobierno de gestión? Más bien de contención, porque lo que Talavera necesita son proyectos transformadores, no titulares de autobombo. Y la sensación en las calles es clara: el gobierno actual no tiene hoja de ruta, pero tampoco un plan para el empleo joven, ni una apuesta seria por la industria creativa, ni una visión urbana clara.
Vox, socio clave en este mandato, ha preferido centrarse en banderas ideológicas que en soluciones reales. ¿Dónde está su contribución a una Talavera más verde, más inclusiva, más viva? Y el PP, por ahora, ha optado por gobernar a base de parches y reproches.
Mientras tanto, en la oposición nos mantenemos vigilantes puesto que, aunque fuera del poder, no hemos desaparecido del mapa. Con una actitud más propositiva que confrontativa, hemos denunciado la falta de ambición del actual equipo de gobierno y hemos pedido activar proyectos estratégicos que ya estaban sobre la mesa como la modernización del transporte urbano, un plan de vivienda asequible o una red de cultura joven.
Pero, por desgracia, de poco sirven estas proposiciones si quien gobierna prefiere mirar al retrovisor antes que al horizonte.
¿Y ahora qué? Talavera no puede esperar. La legislatura aún tiene dos años por delante, y aunque los inicios han sido decepcionantes, aún hay margen para corregir el rumbo. Pero para eso, el gobierno local debe salir del letargo, aparcar la propaganda y bajar al barro: gestionar, escuchar y construir. Porque Talavera no quiere excusas, quiere futuro.
Tita García Élez
Presidenta del Grupo Municipal Socialista