Amueblar un dormitorio vacío puede convertirse en todo un desafío. Ponerse manos a la obra desde cero puede llega a asustar en algún momento, pero siempre acaba llegando la inspiración hasta el punto de conseguir un espacio confortable que nos aporte mucho bienestar. Para ello es preciso acertar en la elección de la decoración, pero también de los muebles.

Es probable que nos encontremos ante la estancia de la casa más personal, en donde resulta más fácil dejar nuestra impronta. De ahí que resulte esencial decantarse por un estilo que nos identifique y con el que nos encontremos cómodos. Pero más allá de lo puramente estético, también es preciso identificar cuáles son las necesidades a cubrir.
Como es lógico, en un dormitorio todo gira en torno a la cama. Pero no puede faltar un ropero Oechsle. Sobre todo porque facilita la organización de la ropa y accesorios, consiguiendo que el cuarto conserve un orden. A ello se le une también que ayuda en la protección de las prendas, conservándolas durante más tiempo en buen estado y alejándolas del polvo y la humedad. Además, un armario de estas características contribuye a generar un ambiente de más armonía gracias a la estética y funcionalidad.
Las posibilidades que ofrecen los escritorios
En el caso de contar con el suficiente espacio en el dormitorio, la opción de los escritorios tampoco sería tan mala idea. Se puede crear un lugar relajado donde trabajar, escribir o simplemente leer. Cada vez hay disponibles más propuestas, capaces de encajar con todo tipo de estancias. La tradicional mesa siempre resulta un éxito, pero también encontramos otras opciones como los escritorios con estanterías incluidas, en forma de esquinera, suspendidos o especiales para gaming.
Disponer de una buena mesa de escritorio es importante para desplegar sin impedimentos tus tareas, procurando que sea lo suficientemente amplia. No obstante, esto ya dependerá del espacio disponible
La silla de escritorio, la garantía de comodidad
Como es de suponer, una mesa de trabajo debe ir acompañada de una silla de escritorio. Procura que sea ergonómica y cómoda, sobre todo si la intención es pasar muchas horas delante del ordenador. No solo conseguirás que tu rendimiento se vea favorecido, también lo agradecerá tu espalda y la salud.
Existen muchas opciones de silla, con ruedas, con reposacabezas o respaldo reclinable, entre otras. Se trata de decantarse por la que mejor se adapta a nosotros, pero también a esa zona de despacho que ponemos en marcha.
Crear un conjunto armónico en el dormitorio
La elección de la cama queda condicionada en todo momento por la comodidad. Sin embargo, otro elemento imprescindible que le acompaña, como es el cabecero, queda marcado por lo puramente estético. Los tradicionales suelen ser de madera, tapizados o capitoné, pero cada vez se apuesta más por reemplazarlos por revestimientos o papel pintado.
En ese intento por conseguir la armonía en el cuarto, también hay que preocuparse por vestir la pared principal, en donde lo adecuado es evitar la saturación y moderar el empleo de color para conservar una cierta sobriedad en el conjunto de la estancia. No hay que olvidarse tampoco de la relevancia que adquiere la ropa de cama y las cortinas, que contribuyen a generar un aspecto de más calidez en función de las tonalidades escogidas. Lo habitual es decantarse por colores como el beige, blanco y tonos pastel, pero con los años se han incorporado otros más oscuros como el azul marino, el gris o el marrón.
De la misma manera que se les concedía trascendencia a los roperos, no puede pasarse por alto la posibilidad de añadir otros puntos de almacenaje, tanto por una cuestión de estética como de funcionalidad. En este sentido, siempre tendrá encaje una cómoda, las mesitas de noche, pero también unas estanterías.
Una vez que ya tienes el mobiliario del dormitorio, tan solo habrá que incorporar los elementos decorativos. Puedes optar por fotografías o láminas, pero también por piezas de cristal o detalles más naturales como flores o caracolas. Todo ello sin llegar a caer en la saturación.