Trujillo, Granadilla y Robledillo de Gata. 3 pueblos de Cáceres con alma a menos de tres horas
La comarca y su entorno ofrecen destinos únicos para quienes desean salir de Talavera sin recorrer largas distancias. Tres rutas accesibles en coche permiten sumergirse en la historia, la arquitectura tradicional y el patrimonio vivo de Extremadura. A continuación, un recorrido por Trujillo, Granadilla y Robledillo de Gata, tres lugares con personalidad propia.
Trujillo: renacimiento, conquista y murallas con memoria
A tan solo 132 kilómetros de Talavera —alrededor de una hora y veinte minutos por carretera—, Trujillo se impone como uno de los conjuntos históricos más imponentes de la Península. Su Plaza Mayor, con la estatua ecuestre de Francisco Pizarro en el centro, está rodeada de palacios y fachadas renacentistas que remiten al esplendor del siglo XVI.
Entre sus hitos arquitectónicos destaca la iglesia de San Martín de Tours, con una elegante mezcla de estilos tardogóticos y renacentistas. Muy cerca se encuentran las antiguas puertas medievales de acceso: el Arco de la Sangre y la Puerta de Santiago.
Trujillo también acoge varios templos de interés, como la iglesia de Santiago —hoy convertida en museo— y la imponente Santa María la Mayor, donde se conserva un retablo hispanoflamenco atribuido a Fernando Gallego. En lo alto del cerro, la Alcazaba árabe ofrece vistas privilegiadas sobre la comarca. Sus murallas, aljibes y diecisiete torres han servido incluso de escenario para producciones como Juego de Tronos.
El visitante no debe irse sin pasar por el Museo Pizarro ni recorrer los palacios que conforman uno de los núcleos de arquitectura civil renacentista más completos de España.
Dónde comer: La Abadía, La Alberca Asador y el Mesón La Troya figuran entre las opciones más recomendadas por los viajeros.
Granadilla: pueblos de Cáceres con una villa detenida en el tiempo
Ubicada a unos 170 kilómetros de Talavera (entre 1 hora y 45 minutos y 2 horas en coche), la antigua villa de Granadilla es hoy un lugar congelado en el tiempo. Abandonada tras la construcción del embalse de Gabriel y Galán, ha sido recuperada parcialmente, y su visita genera una experiencia singular.
La fortaleza del siglo XV domina la localidad con su torre central flanqueada por cuatro torres semicirculares. La muralla de origen árabe, de traza circular, se mantiene en buen estado y ofrece un recorrido envolvente por el perímetro del casco antiguo.
La iglesia parroquial de la Asunción es el único edificio que se mantuvo operativo tras el abandono; actualmente se celebra una misa anual en su interior. El corazón del pueblo lo constituye la Plaza Mayor, hoy restaurada con viviendas de colores, soportales y una atmósfera que mezcla lo real con lo evocador.
A las afueras, las ruinas de antiguas casas y escuelas recuerdan la vida que una vez hubo. Cerca de allí, el conjunto arqueológico de la ciudad romana de Cáparra, con su característico arco cuadrifronte, completa una jornada perfecta.
Dónde comer: En Zarza de Granadilla, destacan el restaurante Versátil —especializado en cocina de dehesa— y el Asador El Cordel.
Robledillo de Gata: madera, agua y memoria rural
Robledillo de Gata, uno de los 3 pueblos más bonitos de Cáceres. A poco más de 184 kilómetros de Talavera (unas dos horas y veinte minutos), es uno de los pueblos mejor conservados de la Sierra de Gata. Su casco histórico es un entramado de adobe, madera y piedra que conserva el trazado original medieval.
Los paseos entre pasadizos, fuentes y balcones floridos se entremezclan con visitas a pequeñas ermitas como la del Humilladero o la de San Miguel, todas declaradas Bien de Interés Cultural. La plaza Francisco Pizarro, centro neurálgico del pueblo, conserva una atmósfera sosegada y profundamente rural.
El visitante puede también conocer la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de origen tardomedieval, y el Museo del Aceite, instalado en el antiguo Molino del Medio, que explica el proceso artesanal de elaboración tradicional.
La naturaleza también tiene un papel destacado: los miradores permiten contemplar los tejados de la aldea y el valle que la rodea. Muy cerca se encuentran las cascadas del río Árrago y una piscina natural en el paraje de Descargamaría.
Dónde comer: La Bodega del Marqués y Casa Manadero son dos propuestas para degustar cocina tradicional en un entorno auténtico.
