Para muchos deportistas, la retirada supone el final de una etapa. Para otros, como ella, se convierte en el punto de partida hacia una nueva vida. «Después de retirarte, es como si murieras como deportista… pero no tiene por qué ser así», nos cuenta con convicción Marta Francés. Así comienza su relato: el de una ex triatleta profesional que ha decidido reinventarse sobre dos ruedas. | Una nueva meta sobre ruedas
Desde hace cuatro meses, entrena con intensidad y dedicación en ciclismo, buscando una nueva oportunidad en el deporte de alto nivel. Su objetivo era claro: entrar en un equipo femenino élite. Y hace apenas unos días, lo consiguió.
De Talavera al ciclismo de competición: un nuevo camino
Todo empezó tras participar en dos pruebas cicloturistas. Allí conoció a Silvia, una ciclista que forma parte de un equipo femenino de nivel nacional. «Yo no la abordé por su equipo, solo quería saber si conocía a algún director al que pudiera presentar mi candidatura», recuerda. Pero el destino quiso que fuera la propia Silvia quien la animara a intentarlo con su equipo.
Gracias a esa conexión, fue invitada a una ruta navideña en Alicante. Allí, el equipo —cuyo nombre nos confirma que es “Espacio”— organizó una jornada de entrenamiento y convivencia. “Hice la ruta con ellas, me sentí muy bien… y después, el director me llamó para decirme que estaba dentro del equipo”. Las lágrimas no tardaron en aparecer: “Fue muy emocionante, llevaba mucho tiempo persiguiendo esto”.
Una historia marcada por la inclusión y los obstáculos
Tras su retirada del triatlón profesional, la deportista talaverana intentó sin éxito entrar en el circuito de ciclismo paralímpico. Las puertas se cerraron por una cuestión administrativa: no fue correctamente clasificada según su discapacidad. Eso le impidió competir en igualdad de condiciones, lo que sumó frustración a un proceso ya de por sí doloroso.
Ahora, su entrada en el ciclismo élite supone una auténtica proeza. En carrera, comparte pelotón con deportistas sin ningún tipo de limitación. “La gente me pregunta en qué me afecta mi discapacidad. Pues en cosas tan básicas como beber agua: no puedo soltar la mano del manillar, así que tengo que parar para hacerlo. Lo mismo para comer durante las pruebas, que son más largas que un triatlón”.
Con la ayuda de un mecánico y el apoyo de un patrocinador, espera recibir pronto una bicicleta adaptada que le permita hidratarse en marcha, al menos en parte. Para alimentarse, ya ha ideado su propia estrategia: «Aviso al grupo, hago un pequeño sprint para separarme, como lo más rápido posible, y vuelvo a incorporarme. Así no retraso a mis compañeras, aunque yo tenga que esforzarme más».
Un 2026 lleno de ilusión: Una nueva meta sobre ruedas
Su ilusión es contagiosa. «Estoy entrenando a saco, como si no hubiera un mañana. Estoy feliz con este cambio», afirma Marta. “Después de todo lo que costó la retirada, ahora he vuelto a sentir esa motivación que hacía mucho tiempo que no tenía”.
El director del equipo, Gaby, le ha dado la bienvenida con los brazos abiertos. Incluso proyectaron un vídeo suyo cruzando la meta en una de sus últimas entrevistas deportivas. “Me emocioné, ese detalle no lo ha tenido nadie conmigo”, recuerda con gratitud.
Para esta deportista talaverana, 2026 será el año del resurgir. De la transformación. De demostrar que, incluso tras una retirada, la pasión por competir y superarse puede encontrar nuevos caminos. “Quiero darlo todo por el equipo y dejar mi granito de arena. Y si puedo inspirar a otras personas en el camino, mejor aún”.
