Instalada el 12 de octubre con solemnidad y un coste de casi 18.000 euros, la gran bandera de España en Talavera se ha roto apenas dos meses después, generando dudas sobre su mantenimiento, utilidad y sentido de oportunidad. | Una bandera de 18.000 euros
El pasado 12 de octubre, Día de la Hispanidad, Talavera de la Reina inauguró su nueva bandera de España en Ronda del Cañillo, 34. Una enseña de 5 por 10 metros, izada sobre un mástil de casi 30 metros de altura y sostenida por una base decorada con cerámica talaverana artesanal. El conjunto, de 1.800 kilos de peso, pretendía ser un gesto de unión entre el orgullo nacional y la identidad cultural local. El coste total de la bandera rondó los 18.000 euros.
Durante la ceremonia, el alcalde José Julián Gregorio afirmó que “la bandera de España es el lazo más fuerte de unión entre todos los españoles, nos representa y nos hermana como nación.” Pero solo dos meses después, el símbolo de unión ondea roto, deshilachado, desgarrado por el viento. La imagen fue compartida en redes por un vecino y rápidamente se convirtió en objeto de comentarios, críticas y, en algunos casos, de mofa.
El intento de retirada de la bandera supuso otro revés. Debido a la gran altura del mástil, los bomberos municipales usaron una grúa especializada para desenrollar y retirar la bandera dañada. El alcalde de Talavera de la Reina, José Julián Gregorio, asegura que «se quedó enganchada en el pararrayos», por lo que «están hablando con una empresa para ver si se puede poner uno más pequeño, que no se enganche» y afirma que desde el gobierno local «comprarán una bandera nueva», además de intentar arreglar la otra mediante el uso de «nuestros servicios generales». Tampoco se ha aclarado si la bandera estaba garantizada, ni cuánto costará su reposición.
No se trata de cuestionar el símbolo, sino la gestión detrás del símbolo. ¿Qué sentido tiene invertir una cantidad tan significativa en un gesto que no resiste ni el primer invierno? ¿Era esta la prioridad para Talavera, una ciudad con carencias palpables en barrios, empleo y servicios? El diseño e instalación del conjunto cerámico más la bandera supuso un coste total que rondó los 66.000 euros.
El patriotismo no se mide por el tamaño de una bandera ni por el precio de su mástil, sino por la capacidad de cuidar lo común, lo cotidiano, lo que realmente mejora la vida de la gente. Si la bandera se rompe, no es solo por el viento: es porque la estructura política y técnica que la sostiene no ha estado a la altura.
La base cerámica es un acierto estético. Pero el conjunto se ha convertido ya en una metáfora involuntaria de una forma de hacer política: aparente, apresurada, emocional… pero sin planificación ni responsabilidad. Talavera no necesita símbolos rotos. Necesita gestión pública que dure más que una foto en redes sociales.
