La ciudad sube el precio, pero no mejora el servicio. Talavera sigue acumulando basura en sus calles, mientras los vecinos se preguntan: ¿a qué estamos pagando más? Talavera más sucia… y más cara.

No es una imagen puntual. Es el reflejo de una sensación creciente en Talavera de la Reina. El entorno de la Avenida Francisco Aguirre, una de las principales arterias de la ciudad, presenta un aspecto descuidado, con basura acumulada fuera de los contenedores, restos esparcidos por el suelo y un evidente deterioro del entorno urbano.
La fotografía habla por sí sola: cartones amontonados, envases mal depositados, papelería suelta y hasta restos de productos de limpieza junto a los nuevos contenedores.
¿Subida de impuestos para esto?
La indignación ciudadana ha crecido desde que se anunció la subida del impuesto de basuras en Talavera. Muchos vecinos no entienden cómo es posible que, pagando más, la situación haya empeorado visiblemente en muchas calles del municipio.
Según denuncian varios residentes, los nuevos contenedores de reciclaje y residuos orgánicos no solo no han mejorado la gestión, sino que “tienen menos capacidad que los anteriores”, lo que provoca que se llenen antes de tiempo y, en consecuencia, los residuos acaben acumulándose fuera. Talavera más sucia… y más cara.
Un problema de imagen (y de salud pública)
La acumulación de residuos no solo afea la ciudad, también puede derivar en problemas de salubridad, malos olores y proliferación de insectos o roedores. Además, dificulta el reciclaje: si los ciudadanos ven que sus esfuerzos no tienen respuesta institucional, el compromiso ambiental se debilita.
Talavera merece más
Talavera es una ciudad con alma, historia y vecinos comprometidos. Y en cuestiones como la limpieza urbana, no basta con subir impuestos: hay que ofrecer resultados.
Reflexión, escucha activa y acción inmediata. Porque una ciudad limpia no solo se construye con campañas de reciclaje: se construye con planificación, inversión y respeto por lo que somos.