La ciudad se volcó con una procesión histórica que ya es memoria viva de varias generaciones.
Talavera de la Reina vivió el pasado domingo una jornada que quedará grabada en el corazón de sus vecinos. La imagen de Nuestra Señora del Prado, patrona de la ciudad, volvió a recorrer las calles talaveranas después de más de doce años sin salir en procesión. Una cita largamente esperada, cargada de simbolismo, fe y emoción colectiva.
Desde primeras horas de la tarde, miles de personas abarrotaron los alrededores de la Basílica del Prado. Familias enteras, mayores que recordaban su infancia, niños vestidos de gala, cofrades emocionados y curiosos llegados desde toda la comarca. Talavera se detuvo para ver a su Virgen caminar de nuevo por sus calles.
Campanas al vuelo, lágrimas sinceras, y un silencio reverente marcaron el paso de una procesión solemne y majestuosa, en la que cada metro recorrido era una celebración compartida. La emoción se respiraba en cada esquina, en cada balcón adornado, en cada mirada que se cruzaba con la imagen de la Virgen.
Tras más de una década sin procesionar, el regreso de Nuestra Señora del Prado no fue solo un acto litúrgico: fue un reencuentro con la identidad talaverana, una afirmación de la devoción popular y del valor de las tradiciones. No fue una procesión más. Fue la procesión.
Las mejores imágenes del recorrido







