
Conoce la Historia de Talavera en la Época Romana.
1. Origen del nombre y antecedentes indígenas
Antes de la llegada de los romanos, la región donde hoy se asienta Talavera de la Reina estaba habitada por pueblos de cultura celta, especialmente los vetones, una de las tribus prerromanas del oeste peninsular. Su presencia está documentada a través de restos arqueológicos, entre los que destacan los característicos verracos, esculturas monolíticas de animales, generalmente toros o cerdos, talladas en granito. Estas figuras cumplían funciones rituales o agrarias, posiblemente vinculadas a la protección del ganado y la delimitación del territorio.
Con la conquista romana del centro peninsular, el asentamiento fue absorbido por el nuevo orden imperial y pasó a denominarse Caesarobriga. El nombre combina el término latino Caesar, probablemente en referencia a Julio César o a su legado imperial, con el sufijo de origen céltico -briga, que significa «ciudad fortificada» o «altura poblada». Este tipo de topónimos era común en zonas donde la romanización se impuso sobre antiguos núcleos indígenas.
Este hecho sugiere que la fundación de Caesarobriga no fue una creación ex novo por parte de Roma, sino una transformación institucional y urbanística de un poblado vetón preexistente, adaptado a las estructuras políticas, religiosas y económicas del Imperio.
2. Integración en el sistema provincial romano
Caesarobriga quedó integrada dentro de la provincia romana de Lusitania, aunque su ubicación en la zona oriental de dicha provincia la colocaba muy próxima al límite administrativo con Carpetania, perteneciente a la Tarraconense. Esta localización fronteriza otorgaba a la ciudad una función estratégica como punto de tránsito, intercambio y control territorial.
Su estatus fue el de civitas estipendiaria, una categoría jurídica dentro del sistema provincial romano. Como tal, Caesarobriga no tenía la ciudadanía romana completa, pero sí un cierto grado de autogobierno y obligaciones tributarias. Contaba con instituciones locales como el ordo decurionum (consejo municipal) y magistrados propios encargados de la administración y del cumplimiento de las leyes imperiales.
3. Urbanismo y vida cotidiana en la historia de Talavera en la Época Romana
La ciudad romana de Caesarobriga contaba con los elementos característicos de un núcleo urbano romanizado. Se han encontrado restos arqueológicos que indican la existencia de:
- Un foro, que actuaba como centro político, administrativo y comercial.
- Termas públicas, utilizadas tanto para el aseo como para la vida social.
- Edificios religiosos donde se practicaba el culto a los dioses romanos y, probablemente, a deidades locales sincretizadas.
- Vías empedradas que conectaban Caesarobriga con otras ciudades de Hispania, lo que facilitaba el comercio y la movilidad de tropas, mercancías y funcionarios.
Las excavaciones arqueológicas han revelado también la existencia de inscripciones funerarias, monedas, cerámicas terra sigillata, objetos domésticos y ánforas para el almacenamiento de productos agrícolas. Todo ello evidencia una vida urbana activa, con un nivel medio de romanización en lo material y en las costumbres.
4. Economía local y recursos naturales
Caesarobriga se encontraba en una fértil vega junto al río Tajo, lo que permitía una agricultura rica y diversa. Entre los principales productos cultivados estaban el trigo, la vid y el olivo, lo que permitía la producción local de pan, vino y aceite, elementos esenciales de la dieta mediterránea romana.
Además, la ganadería era una actividad complementaria de gran importancia. La existencia de antiguos verracos en la región sugiere una continuidad en la tradición pastoril desde épocas prerromanas.
Es posible que ya en esta época comenzaran a desarrollarse actividades alfareras, aprovechando los recursos arcillosos de la zona. Aunque el gran auge de la cerámica de Talavera llegaría siglos después, durante la Edad Moderna, cabe pensar que los primeros talleres de cerámica común funcionaron ya durante la dominación romana.
5. Sociedad y religión
La sociedad en Caesarobriga, como en muchas ciudades del interior hispano-romano, estaba compuesta por una élite local romanizada que ejercía funciones políticas y económicas, así como por artesanos, comerciantes, campesinos y esclavos. La lengua oficial era el latín, aunque algunas expresiones indígenas pudieron pervivir en el habla cotidiana.
En el ámbito religioso, el panteón romano convivió, en ocasiones, con las antiguas creencias indígenas. Se han documentado inscripciones votivas y altares dedicados a divinidades romanas como Júpiter, Marte o Mercurio, pero también a divinidades locales asociadas a la naturaleza, al agua o al ciclo agrícola.
6. Decadencia y transición
A partir del siglo III d.C., con la crisis del Imperio Romano, Caesarobriga comenzó a experimentar un proceso de declive. La inestabilidad política, las invasiones, las reformas fiscales y el deterioro del comercio a larga distancia afectaron gravemente a las ciudades hispanas del interior.
A pesar de ello, Caesarobriga no fue completamente abandonada. Probablemente experimentó una reducción de población y una transformación en sus estructuras urbanas, pero siguió siendo un núcleo habitado hasta su integración en el reino visigodo de Toledo. Algunos elementos urbanos se adaptaron a nuevos usos, y el cristianismo comenzó a ganar presencia en la vida religiosa y social.