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viernes, agosto 22, 2025
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El trepador azul: un acróbata forestal

En los rincones más húmedos y frondosos de nuestros bosques, donde la calma solo se rompe por el susurro del viento entre los robles, vive un pequeño habitante incansable: el trepador azul: un acróbata forestal (Sitta europaea). De plumaje azulado, mirada vivaz y movimientos ágiles, esta ave forestal se ha ganado su nombre por una habilidad muy singular: trepar los troncos de los árboles, incluso cabeza abajo.

El trepador azul: un acróbata forestal
Vía Alson Fotografía

Un ave inquieta y fácil de reconocer

Del tamaño de un gorrión pero con una presencia inconfundible, el trepador azul destaca por su cuerpo compacto, patas fuertes, pico robusto y una llamativa falta de cuello visible. Su silueta pegada al tronco, su color azul-grisáceo y sus desplazamientos veloces lo convierten en un espectáculo natural para los más observadores.

Hábitat natural: donde manda el verde y la humedad

El trepador azul necesita bosques maduros, con árboles grandes y viejos. Prefiere ambientes húmedos, evitando zonas con sequías estivales. En España, se encuentra principalmente en la mitad norte del país y en sistemas montañosos del sur, donde las condiciones frescas y elevadas le permiten prosperar.

En su hábitat ideal predominan los robledales, quejigares, hayedos y pinares de pino silvestre, aunque también se le puede ver en abetales. Eso sí: rechaza de forma tajante las repoblaciones artificiales con chopos, eucaliptos o pinos industriales.

Alimentación: una dieta variada y forestal

El trepador azul: un acróbata forestal
El trepador azul: un acróbata forestal

Este pájaro insectívoro se alimenta sobre todo de escarabajos, mariposas, moscas, arañas y larvas, aunque en otoño e invierno también recurre a frutos secos como piñones o avellanas. Gracias a su pico fuerte y su agilidad, consigue acceder a rincones difíciles en la corteza de los árboles.

Reproducción y ciclo de vida

A la hora de criar, el trepador azul elige huecos naturales o nidos viejos de pájaros carpinteros, que adapta a su medida utilizando barro para reducir la entrada. La hembra construye el nido con fragmentos de corteza y hojarasca, y deposita de seis a nueve huevos blancos con motas púrpura o rojizas.

La incubación dura entre 13 y 18 días, y las crías abandonan el nido en unas tres o cuatro semanas. Todo este proceso ocurre en plena primavera.

Una especie vulnerable al fuego y la fragmentación

Por su estricta dependencia del bosque maduro, el trepador azul desaparece cuando hay incendios o cuando los espacios naturales se fragmentan. En el sur peninsular, donde el paisaje se encuentra más alterado, necesita territorios mucho más amplios para sobrevivir, lo que reduce sus posibilidades de asentamiento.

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