La situación en la provincia de Ávila es alarmante. El incendio forestal que afecta a la zona sur se ha reactivado con fuerza durante la noche, obligando al confinamiento de las localidades de Mombeltrán y El Arenal, donde residen cerca de 4.000 personas. El humo y las cenizas han alcanzado zonas habitadas, manteniendo en vilo a vecinos y autoridades.

El fuego, alimentado por altas temperaturas, viento fuerte y una orografía abrupta, ha calcinado ya más de 2.000 hectáreas de monte. Según fuentes oficiales, el incendio presenta un comportamiento extremo. Con el perímetro abierto en todos sus frentes, lo que ha llevado a declarar el Índice de Gravedad Potencial 2 (IGP2), uno de los más altos en este tipo de emergencias.
Más de 500 efectivos de emergencias trabajan sin descanso, con el apoyo de unos 200 medios terrestres y aéreos que se van relevando a lo largo del día. A pesar del esfuerzo, las llamas continúan su avance peligrosamente cerca de zonas residenciales.
Aunque la investigación sobre el origen del fuego continúa abierta. Las autoridades han señalado que la situación es extremadamente complicada, sin ningún factor climático o técnico que juegue a favor en este momento.