A tan solo unos kilómetros de Talavera de la Reina, en plena comarca de La Jara, se encuentra un centro único en España: el Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas (CERI), ubicado en Sevilleja de la Jara. Este espacio, gestionado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, no solo es pionero en su ámbito, sino también una pieza clave en la defensa y protección de nuestra fauna salvaje. El CERI, un refugio esencial para la conservación de aves rapaces.
Un referente nacional en recuperación de fauna
El CERI ostenta el título de ser el centro de recuperación de fauna amenazada más antiguo de España. Aunque su labor principal se centra en las aves rapaces, también ofrece asistencia a otras especies de aves silvestres que han sido heridas o se encuentran en situación de vulnerabilidad. Su trabajo no se limita únicamente al cuidado y rehabilitación, sino que también desarrolla tareas de estudio, seguimiento y conservación del ecosistema.
Gracias a su trayectoria, el centro se ha consolidado como un referente nacional en la protección de estas especies, muchas de ellas en peligro de extinción. Su labor diaria, muchas veces silenciosa, representa un auténtico salvavidas para el equilibrio medioambiental de nuestra región.
La importancia de los centros de recuperación
Lugares como el CERI son fundamentales para preservar la biodiversidad, especialmente en zonas rurales como la nuestra, donde el contacto con la naturaleza sigue siendo una parte esencial del entorno. Sin este tipo de instalaciones, la supervivencia de muchas especies estaría en riesgo, y con ello, el equilibrio de los ecosistemas locales.
El CERI, un refugio esencial para la conservación de aves rapaces
Además, estos centros funcionan como puntos de concienciación ciudadana, investigación científica y educación ambiental. Son un nexo entre el mundo natural y la comunidad, despertando el interés por la protección del medioambiente entre generaciones jóvenes y mayores.
