Viajar por las carreteras del sur de Madrid ofrece la oportunidad de conocer pueblos con un gran patrimonio histórico y una deliciosa oferta gastronómica. Entre estos encantadores destinos se encuentran Chinchón, Colmenar de Oreja y Nuevo Baztán, tres localidades que destacan tanto por su riqueza cultural como por su cocina tradicional. En este reportaje descubriremos todo lo que tienen para ofrecer.
|1| Conoce Chinchón: un pueblo tradicional con encanto
Chinchón es famoso por su pintoresca Plaza Mayor, un coso taurino rodeado por 234 balcones de madera. Estos balcones se utilizan como terrazas de restaurantes y mesones, donde se puede disfrutar de especialidades locales como quesos, hornazo y dulces de las clarisas. Además, la plaza, con sus soportales y arquitectura tradicional, es el corazón del pueblo y un lugar de encuentro para locales y visitantes.
También, alberga numerosas ermitas y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que cuenta con un cuadro de Goya. Un paseo por Chinchón nos llevará a conocer el castillo de los Condes, que ofrece impresionantes vistas del entorno. Además, el Parador de Chinchón, situado en el antiguo monasterio de Nuestra Señora del Paraíso del siglo XVII, es un lugar ideal para alojarse y disfrutar de la historia y el lujo.
Pero tampoco podemos olvidarnos da su gastronomía. El anís de Chinchón, conocido internacionalmente, es un licor tradicional que no puedes dejar de probar. Además, los ajos y los mesones ofrecen platos típicos que deleitan a los paladares más exigentes. No te pierdas los quesos, el hornazo y las tetillas de monja, dulces artesanales que reflejan la rica tradición culinaria del pueblo.
|2| Colmenar de Oreja: un tesoro subterráneo
A pocos kilómetros de Chinchón, Colmenar de Oreja es conocido por sus bodegas subterráneas. Estas bodegas familiares, con grandes tinajas de barro, son un testimonio de la tradición vinícola de la zona. Aquí, el vino reposa en un ambiente fresco y oscuro, perfecto para su maduración.
Pero la gastronomía de Colmenar, también es algo muy destacable. Esta es famosa por sus «pelotas de fraile», bollos esféricos bañados en azúcar y rellenos de crema, chocolate o dulce de leche. Estos dulces, elaborados desde hace cinco siglos, son un acompañamiento perfecto para el vino local.
Además, el pintor Ulpiano Checa, oriundo de Colmenar de Oreja, tiene un museo en el pueblo que exhibe una amplia colección de sus obras. Este museo es un homenaje a uno de los artistas más ilustres de la región y ofrece una inmersión en su vida y arte.
|3| Conoce Nuevo Baztán: un modelo de industrialización
Nuevo Baztán fue fundado a principios del siglo XVIII por el industrial navarro Juan de Goyeneche. Este pueblo-fábrica fue diseñado por el arquitecto José de Churriguera y se convirtió en un modelo de modernización e industrialización bajo los Borbones.
El palacio de Goyeneche, que preside el pueblo, junto con la iglesia y las antiguas fábricas, son testigos del esplendor industrial del pasado. Aquí se producían paños, medias de seda, pañuelos, vidrio, alcohol, papel, cera y confitería. Pero hoy, Nuevo Baztán es un lugar tranquilo para pasear entre plazas y plazoletas, admirando las casas de piedra donde vivían y trabajaban los obreros de aquel núcleo industrial. Es un destino perfecto para quienes buscan un ambiente relajado y lleno de historia.
En conclusión, explorar Chinchón, Colmenar de Oreja y Nuevo Baztán es una experiencia que combina historia, cultura y gastronomía. Estos pueblos, con sus tradiciones bien conservadas y su encanto único, ofrecen una escapada perfecta.
