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viernes, diciembre 26, 2025
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Caesarobriga: Talavera en época romana

Talavera, Caesarobriga en época romana, debió fundarse a finales del siglo I a.C., época del Emperador Augusto, gracias a la datación de unas cerámicas estilo Clunia y Segobriga de ese periodo.

Caesarobriga: Talavera en época romana
Caesarobriga: Talavera en época romana

En el 27 a.C., Augusto había dividido la península en tres regiones: Tarraconensis, Baetica y Lusitania, y nuestra ciudad pasa a formar parte de esta última, cuya capital era Emerita Augusta (Mérida).

Una ciudad estipendiaria: sometida pero integrada

Existían diferentes tipos de ciudades: federadas (libres y con tratado de igualdad), inmunes (libres pero sin tratado), dediticias (tras enfrentamiento, una rendición) y las estipendiarias. Caesarobriga era estipendiaria, lo que implicaba un tratado desigual, el pago de un tributo anual y la obligación de proporcionar tropas auxiliares, controladas por el gobernador provincial.

¿Y por qué formábamos parte de ese grupo? Porque fuimos sometidos violentamente. Es decir, cuando llegaron los romanos a nuestra zona, existió enfrentamiento contra la legión romana.

Las huellas del conflicto

Dicho enfrentamiento pudo ser el ocurrido en el yacimiento de Arroyo Manzanas (Las Herencias), donde tras una excavación se encontró una línea de tierra ennegrecida.

¿Y qué significa eso?

Significa destrucción. Un incendio producido en el castro celta que ocupaba el lugar arrasó todo el poblado y las vigas del techo de las casas se quemaron, se convirtieron en carbón y, con el tiempo, se mezclaron con la arena formando esa línea de color grisáceo.

El giro con Vespasiano

Todo esto cambia cuando Vespasiano hace un decreto en el 74 d.C. otorgando el derecho de ciudadanía latina a las provincias hispanas del Imperio romano.

¿Cómo era Caesarobriga?

Similar a otras ciudades romanas, con un foro; habría templos, comercios, espacios públicos, termas, domus (viviendas de lujo), insulae (edificios de viviendas) y todos los servicios de una ciudad media romana.

¿Qué nos ha quedado de esa ciudad romana?

La verdad es que más de lo que la gente se cree.

Comenzamos con una Domus que se puede visitar en el Centro Cultural Rafael Morales, donde podemos apreciar la canalización de agua sucia o la policromía original de algunas de las habitaciones.

En ese mismo espacio podemos ver el pódium de dos templos simétricos que podrían formar parte de la Triada Capitolina (Minerva, Juno y Júpiter). Hoy en día solo tenemos dos, pero si apareciera un tercero, podríamos asegurar que en ese entorno se encontraba el foro de la ciudad.

También podemos ver una calle romana en el Yacimiento de Entretorres, donde además de parte del suelo, se puede encontrar una Tabernae de comida, con parte del mostrador conservado in situ.

Una muralla con historia y huellas

Del tramo de El Salvador sabemos con seguridad que tenemos una de las murallas romanas mejor conservadas de la península. La clave fueron las huellas que aparecieron en el mortero del interior de la muralla: tras su análisis, se descubrió que eran pisadas de la legión romana.

Su calzado se llamaba caliga y en la suela tenía los clavi caligae, unos pequeños clavos o tachuelas que servían para evitar resbalarse. Gracias a esa prueba y otras muchas evidencias —como restos de lápidas romanas por todo el recinto— se aseguró la antigüedad de nuestra muralla, concretamente al final del Imperio, cuando las ciudades tenían que fortificarse para defenderse de los ataques bárbaros.

¿Y el puente “romano”?

Del puente “romano” no hablamos. La verdad es que referencia no tenemos y los restos que existen en la actualidad son bastante posteriores. Pero todo hace indicar que la primera parte pudo ser romana, ya que existió una puerta y la conexión con el sur de la península y, por supuesto, con La Jara, ha sido más que comprobado en siglos antiguos.

Rubén Martín

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