Termina un año con muchas luces y empieza otro con muchas incertidumbres. En 2021 se ha apostado de forma decisiva por nuestra ciudad desde las instituciones. No es todo lo que deseamos, seguramente tampoco sea todo lo que merecemos, pero desde luego es un cambio muy significativo respecto a lo que estábamos acostumbrados.
Se han puesto cimientos sólidos para hacer de Talavera una ciudad dinámica, innovadora y adentrada de lleno en el universo cargado de presente y de futuro, de las nuevas tecnologías.
Esto, sin embargo, parece pasar un poco desapercibido y es incomprensible. Hay muchos ciudadanos que ya empiezan a percatarse de que la apuesta por este sector económico es una apuesta llena de posibilidades. Los jóvenes de nuestra ciudad empiezan a ver que en Talavera se está creando un tejido económico distinto al tradicional del comercio, la artesanía y la construcción. Ahora se habla de redes, de ciberseguridad, de datos, de velocidad, de 5G, de internet, de emprendimiento tecnológico y de todas esas cosas que jamás soñaron en Talavera y que ahora son una realidad emergente.
Pero la visión y la apuesta de nuestra alcaldesa, Tita García, de la mano de la Junta presidida por Emiliano García Page, va por un lado mientras que algunos sectores políticos y sociales siguen anclados en fórmulas viejunas e inservibles.
Todo lo que la oposición tiene que decir en Talavera es si se ponen pronto o tarde los luminosos de navidad, si hay más o menos calefacción en el ayuntamiento o si se caen o no las hojas de los árboles. Esto solo puede deberse a dos cosas. O siguen instalados como cuando gobernaban en la desidia y la vagancia, o es que la gestión del gobierno municipal es tan buena que no tienen nada que decir. Yo apuesto por lo segundo… aunque de lo primero también hay un poquito.
El 2022 será lo que sea, no me van los vaticinios, pero los mimbres y los cimientos, son muy interesantes y esperanzadores.
