Silencio en el palco, ruido en los despachos. Lo que parecía una noche más de Copa en el Municipal El Prado escondía una historia que nadie había contado. Y tiene miga. Antes de que el Real Madrid se viera obligado a sudar para vencer al Talavera (2-3), el equipo talaverano le lanzó una propuesta directa a la entidad blanca: jugar el partido en el Santiago Bernabéu y repartirse la taquilla al 50%.
Una jugada valiente, arriesgada… y rechazada. Desde el club blanco descartaron la oferta alegando que abrir el estadio para un partido así —ante un rival de Primera Federación— no compensaba ni en costes ni en logística. ¿Resultado? Partido en El Prado, sin entradas disponibles para los socios madridistas… y con un dato que no pasó desapercibido: Florentino Pérez no apareció. Toda esta información es dada desde Mundo Deportivo.
Sin embargo, el Real Madrid si tuvo entradas visitantes, habiendo venido al partido unas 350 personas. Quien sí estuvo fue el presidente de honor, José Martínez Pirri, acompañado por el vicepresidente Eduardo Fernández de Blas. Pero la silla del presidente quedó vacía.
Mientras tanto, en El Prado se vivió una fiesta de fútbol con estadio lleno y ambiente auténtico. El Madrid ganó, sí. Pero la historia que se gestó fuera del campo seguirá dando que hablar.
Reflexión
Y ahora imaginemos por un momento que el Real Madrid hubiera dicho que sí. Que ese partido histórico se hubiera jugado en el Bernabéu. ¿Qué hubiera significado eso para Talavera? Una puñalada. Una traición directa a la afición blanquiazul y a toda una ciudad que vive el fútbol como parte de su identidad.
Habría sido privar a Talavera de una noche mágica, de ver a su equipo jugar frente a un gigante mundial en su casa, en su barrio, en su estadio. Todo, por llenar más butacas y seguir engordando las arcas de un club o mejor dicho del dueño… a costa del alma de un equipo modesto y del bolsillo de sus abonados.
El fútbol es de la gente. Y por una vez, El Prado ganó donde el Bernabéu ni se atrevió a bajar.
