La geometría variable tiene vocación de mostrarse caprichosa, ora beneficiando, ora dando disgustos… Lo hemos podido comprobar hace tan sólo unos días en la política nacional, cuando los socios y muletas del Gobierno Frankenstein han hecho tumbar la Ley para prohibir el proxenetismo primero y han forzado a la retirada de la Ley del Suelo -después- evitando con ello una derrota absoluta por falta de apoyos.
Son las cositas que tiene el armar “mayorías” de investidura a costa de cheques en blanco, pero en la que se está desprovisto de capacidad para mantener el barco a flote con la ingente cantidad de agujeros que se presumen bajo su línea de flotación.
Resulta encomiable mostrar una actitud de diálogo y entendimiento entre aquellos que piensan diferente. Hasta ahí todo correcto. El problema deviene cuando el que tienes enfrente es incapaz de ver y querer entender lo que ocurre más allá de su metro y medio de espacio vital, porque le da igual tu circunstancia ya que su único objetivo es exprimirte al máximo. Y es especialmente cruel porque se aprovecha de la debilidad del contrario para lanzarse tal cual hiena a los bajos traseros de su presa.
Observo lo que sucede y me espanta, como ciudadana, la tesitura de la falsa «mayoría» parlamentaria. La del desgobierno, la del chantaje y la humillación. Para qué realmente? Para seguir en el poder unas horas más, y sin arreglar los verdaderos problemas de los españoles. Como lo haría un auténtico gigante con los pies de barro.