El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha hecho hincapié en la necesidad de cambiar las reglas de explotación del Trasvase Tajo-Segura, recordando que la ley así lo exige. Enfatizó que ha pasado el plazo de un año estipulado por la ley para una nueva regulación, lo que ahora se convierte en norma de acuerdo con las resoluciones de los tribunales, incluyendo el Tribunal Supremo y la Unión Europea.
García-Page subrayó que el diálogo no debe servir como excusa para retrasar el cumplimiento de un compromiso legal de rectificar las reglas del Trasvase. Insistió en la importancia de respetar la ley y modificar las reglas de explotación, establecer un caudal mínimo y promover un código de solidaridad.
El presidente destacó que el Tajo es víctima de un delito ambiental al ser el único río en Europa sin caudal mínimo ecológico, y lamentó que el debate sobre el pacto del agua en España solo se centre en quitarle agua a Castilla-La Mancha, sin considerar otras cuencas hidrográficas como el Duero o el Ebro.
En cuanto a la solidaridad, García-Page afirmó que no puede quedarse en discursos políticos y slogans. Recordó que Castilla-La Mancha ha proporcionado agua para beber al Levante durante mucho tiempo, equivalentes a 14,000 ‘Santiagos Bernabéus’, una cantidad que sería suficiente para abastecer a Barcelona y Cataluña durante muchos años. Sin embargo, también señaló que la región tiene necesidades de agua para riego.
En materia medioambiental, García-Page abogó por una estrategia realista para mejorar la gestión del campo español y europeo. Destacó la importancia de establecer metas alcanzables, con un enfoque legal y alejado del fanatismo, especialmente en un contexto de movilizaciones agrarias.
