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martes, mayo 14, 2024
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El Parque Nacional de Monfragüe: la reserva de la Biosfera que esconde tesoros desconocidos

Vista panorámica del espacio natural (Sitios de España)

La Reserva de la Biosfera de Monfragüe, reconocida en 2003 por su destacado valor como representante de la vegetación mediterránea, se erige como un modelo de armonía entre los valores naturales y la intervención humana progresiva y equilibrada a lo largo del tiempo.

La riqueza biológica de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe es legendaria. En sus más de 116.000 hectáreas, los paisajes se despliegan en una diversidad asombrosa, desde extensas áreas de matorrales hasta densos bosques de alisos y fresnos que se entrelazan con los cursos de agua. Este entorno próspero alberga algunas de las mayores colonias de aves rapaces de Europa y, en algunos casos, del mundo, incluyendo al majestuoso buitre negro, el emblemático águila imperial, la esquiva cigüeña negra, el regio búho real y el imponente buitre leonado.

Te invitamos a descubrir, al menos, cinco de ellas…

Observatorio Astronómico de Torrejón

Observatorio Astronómico de Torrejón (Turismo Monfragüe)

En el corazón de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe, donde el cielo se convierte en un lienzo estrellado, se erige majestuoso el Observatorio Astronómico de Torrejón el Rubio, una joya del astroturismo que invita a descubrir los secretos del universo. Este enclave privilegiado, ubicado en las afueras del pueblo y emplazado en un imponente edificio rehabilitado, alberga tres potentes telescopios que ofrecen la oportunidad de sumergirse en un fascinante viaje cósmico, ideal para personas de todas las edades.

En un mundo donde el resplandor de las luces artificiales ha borrado la majestuosidad de la noche estrellada, el Observatorio de Torrejón el Rubio se presenta como un refugio celestial, donde los visitantes pueden reencontrarse con la maravilla de contemplar un cielo despejado y colmado de estrellas, así como explorar los misteriosos planetas y galaxias que nos rodean. Es una experiencia que promete cautivar tanto a los amantes de la astronomía como a aquellos que desean disfrutar de una conexión única con el universo.

Medina Al-Balat

Restos arqueológicos de la medina (Reserva de la Biosfera Monfragüe)

A orillas del pintoresco río Albalat, emerge como un testimonio tangible del pasado la ciudad medieval musulmana de Medina Al-Balat, donde los vestigios de sus antiguas murallas revelan la fascinante historia que yace bajo el suelo. Este enclave arqueológico, inmerso en la cautivadora Reserva de la Biosfera de Monfragüe, no solo nos transporta a tiempos ancestrales, sino que también nos sumerge en los secretos de una pequeña ciudad que floreció junto al vado natural del río.

Iniciada en el año 2009, la excavación arqueológica ha desenterrado varias casas que conformaban esta antigua urbe, abarcando más de mil metros cuadrados. En este evocador lugar, se han hallado objetos domésticos, herramientas y sorprendentemente, un par de piezas de ajedrez, brindándonos una ventana única hacia la vida cotidiana de sus habitantes. La labor minuciosa de los arqueólogos ha permitido revelar los vestigios de una ciudad que, según los registros históricos, se despobló tras un conflicto bélico durante los convulsos años de la reconquista.

Medina Al-Balat, hoy en día el principal yacimiento arqueológico de la provincia de Cáceres, se presenta como un tesoro histórico que proporciona valiosa información sobre la cotidianidad, la alimentación y la cultura de aquellos que habitaron esta región en la Edad Media. Un viaje en el tiempo que invita a los visitantes a explorar los misterios de la historia enterrados en sus suelos.

Ruta rupestre por el Parque de Monfragüe

Pinturas rupestre en el Parque de Monfragüe (Reserva de la Biosfera Monfragüe)

El majestuoso Parque Nacional de Monfragüe se erige como un santuario del arte rupestre, ofreciendo un viaje fascinante a través del tiempo para explorar las huellas dejadas por antiguas civilizaciones. Enclavado en una de las regiones con mayor concentración de arte rupestre esquemático en la Península Ibérica, este parque alberga un tesoro arqueológico único, donde las pinturas rupestres emergen como ventanas hacia el pasado, revelando la creatividad y la espiritualidad de aquellos que las crearon.

Con un total de 114 abrigos documentados en Monfragüe, se destaca la relevancia de esta zona como un epicentro de expresión artística prehistórica. Entre ellos, 74 abrigos se localizan en el término municipal de Serradilla, destacando en enclaves como Arroyo de Barbaón, Garganta del Fraile, Sierra de Peñafalcón y la emblemática Sierra de Santa Catalina, epicentro de esta ruta arqueológica.

Las pinturas rupestres de Monfragüe y la Sierra de Santa Catalina datan desde hace unos 8.500 años hasta aproximadamente 2.800 años, abarcando desde el Epipaleolítico hasta la Edad del Hierro. Este impresionante conjunto ha sido reconocido a nivel internacional, formando parte del prestigioso Itinerario Cultural Europeo CARP (Caminos del Arte Rupestre Prehistórico) desde el año 2020. Un reconocimiento que resalta la importancia y la belleza de este patrimonio arqueológico que merece ser descubierto y apreciado por generaciones venideras.

El «Cristu benditu» de Serradilla

Cristo de Serradilla (Turismo Extremadura)

Al adentrarse en la encantadora localidad de Serradilla, un imponente edificio de piedra emerge majestuoso ante los ojos del visitante, capturando al instante su atención y curiosidad. Este edificio de singular belleza es nada menos que el Santuario del Cristo de la Victoria, un monasterio de monjas agustinas recoletas que alberga una reliquia sagrada muy venerada: el Cristo de la Victoria, cariñosamente conocido como “Cristu Benditu” por los lugareños y devotos.

Con una historia que se remonta siglos atrás, este sobrio edificio de piedra tuvo sus humildes comienzos como un hospital, transformándose más tarde en un convento tras la llegada del venerado Cristo de la Victoria en el año 1641. Una vez dentro de la iglesia, los ojos del visitante se deleitan con la majestuosidad de los magníficos retablos que adornan el lugar, destacando especialmente el retablo mayor por sus elaborados entramados y adornos exquisitos. En el camarín central de este retablo se encuentra la imagen sagrada del Santo Cristo, rodeada por una atmósfera de devoción y misticismo.

Las paredes y techos del santuario albergan una colección pictórica de estilo barroco que es una auténtica joya artística de Extremadura, con obras maestras de renombrados artistas como Claudio Coello, Francisco Gutiérrez y Caravaggio, que cautivan con su belleza y expresividad. Bajo el altar principal, una puerta discreta revela un acceso a unas escaleras que conducen al camarín, permitiendo a los devotos contemplar de cerca la figura del “Cristu Benditu”, que despierta emociones profundas y fervorosas en quienes la observan.

La talla de madera policromada, creada por el talentoso escultor madrileño Domingo de Rioja en 1635, representa al Cristo de pie, abrazado a una gran cruz y pisando una calavera con su pie izquierdo, simbolizando tanto el sufrimiento de la Pasión como la victoria redentora sobre el mal. Esta venerada imagen es considerada una de las más sagradas y milagrosas de Extremadura, y su llegada al Santuario de Serradilla en 1641 marcó el inicio de una devoción perdurable que ha perdurado a lo largo de los siglos.

La historia de esta sagrada imagen es fascinante: tras una estancia en la Capilla Real del Palacio de los Austrias en Madrid, retenida por el rey Felipe IV, y otra en la iglesia de San Martín en Plasencia, por deseo del obispo Pacheco, la talla finalmente encontró su hogar en el Santuario de Serradilla el 13 de abril de 1641, donde ha permanecido desde entonces como símbolo de fe y devoción. A lo largo de los años, solo ha abandonado el templo en 15 ocasiones, la última de las cuales ocurrió en 2016, dejando una profunda impresión en todos aquellos que tuvieron el privilegio de presenciar su presencia fuera de los sagrados muros del santuario.

Puente de Albalat

Puente de Albalat sobre el río Tajo (Reserva de la Biosfera Monfragüe)

En la serena majestuosidad de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe, el río Tajo serpentea suavemente, abrazando la tierra con la calma de sus aguas. Y entre las muchas joyas que adornan su cauce, destaca un puente que se alza imponente y casi olvidado por el paso del tiempo: el Puente de Albalat. Ubicado en un extremo de la reserva, en el municipio de Romangordo, este puente se erige con altivez, alcanzando casi 40 metros de altura sobre las aguas del Tajo.

Con una sobriedad y elegancia que imponen respeto, el Puente de Albalat ostenta con orgullo en su pilar central el símbolo del águila bicéfala del escudo del emperador Carlos V, cuyo encargo impulsó su construcción en torno al año 1550. Sus dos imponentes arcos, aunque majestuosos, guardan una curiosa particularidad: uno es de medio punto y el otro de ojiva apuntada, añadiendo un toque de singularidad a su espléndida arquitectura.

Aunque el paso de los años y los avatares de la historia han dejado su huella en este monumento, que sufrió daños durante la Guerra de la Independencia en 1809 y fue reconstruido en 1845, el Puente de Albalat sigue siendo un testimonio vivo de siglos de historia. Desde el esplendor del siglo XVI hasta la modernidad del siglo XX, este puente ha presenciado el paso de reyes, los estragos de la guerra y el avance del progreso, que lo han relegado a un lugar casi olvidado en la actualidad.

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