Los presidentes de Castilla-La Mancha y Extremadura, Emiliano García-Page y María Guardiola, han firmado este lunes una declaración institucional en la que unen fuerzas para que la línea de AVE Madrid-Lisboa esté operativa en 2030.
El acuerdo se ha formalizado tras una reunión celebrada en Mérida, donde ambos dirigentes autonómicos han reafirmado su compromiso con la alta velocidad ferroviaria y han rubricado también un protocolo de cooperación en situaciones de emergencia, como incendios o accidentes.
“No vamos a aceptar más excusas”
García-Page ha sido tajante en sus declaraciones, expresando su hartazgo ante los continuos retrasos del proyecto y las acusaciones que responsabilizan a Castilla-La Mancha o Extremadura de bloquear la llegada del AVE. Al respecto, el presidente castellanomanchego ha señalado que “no vamos a aceptar que se siga contando otro cuento. Es una patraña decir que estas comunidades están frenando el proyecto”.
El presidente castellanomanchego ha recordado que el único papel de las autonomías y ayuntamientos en este proceso es responder a las alegaciones y planes que presenta el Ministerio de Transportes. “Se ha abierto un nuevo plazo y, como hace tres años y medio, Castilla-La Mancha dará su opinión. Pero que nadie eche la culpa ni a Toledo, ni a Mérida, ni a nuestras comunidades”, ha señalado.
En esta línea, García-Page ha insinuado que la demora en la ejecución del proyecto se debe a otros factores ajenos a las autonomías, como falta de presupuesto o desinterés político, haciendo una clara alusión, aunque sin mencionarlo, al exministro José Luis Ábalos.
Un compromiso compartido por Castilla-La Mancha y Extremadura
Por su parte, la presidenta extremeña, María Guardiola, ha defendido la necesidad de acelerar la construcción del AVE, señalando que es una infraestructura fundamental para el desarrollo económico y la vertebración del territorio. “Extremadura y Castilla-La Mancha no pueden seguir siendo las grandes olvidadas del mapa ferroviario. Es el momento de pasar de las palabras a los hechos”, ha declarado.
Ambos mandatarios han coincidido en que el AVE Madrid-Lisboa es un proyecto estratégico, no solo para sus regiones, sino para la conexión entre España y Portugal, y han exigido al Gobierno central compromisos firmes para que sea una realidad en 2030.
Con este acuerdo, Castilla-La Mancha y Extremadura reafirman su postura y lanzan un mensaje claro al Ejecutivo: la alta velocidad no puede seguir esperando.
