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sábado, julio 12, 2025
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Sin suelos sanos no hay futuro para nadie

El suelo es mucho más que tierra bajo nuestros pies. Es la base invisible que sostiene la vida en la superficie, el origen de nuestros alimentos, el hogar de millones de especies y un regulador natural del clima. Sin embargo, hoy está en peligro. Sin suelos sanos no hay futuro para nadie.

Desde la Unión Europea se alerta de un dato alarmante: entre el 60 % y el 70 % de los suelos europeos no están sanos. Esta degradación silenciosa compromete no solo la productividad agrícola, sino también el equilibrio ecológico, la seguridad alimentaria y la lucha contra el cambio climático.

Sin suelos sanos no hay futuro para nadie

Un problema que nos afecta a todos

Cada año se pierden 1.000 millones de toneladas de suelo en la UE debido a la erosión. Esta pérdida supone unos 1.250 millones de euros anuales en pérdidas agrícolas.

Pero eso no es todo. El suelo también está sufriendo por:

  • Pérdida de materia orgánica
  • Contaminación industrial
  • Reducción de biodiversidad (como lombrices o ácaros)
  • Salinización por uso inadecuado
  • Sellado de superficies (carreteras, construcciones, urbanización)

Además, zonas urbanas y nuevas infraestructuras consumen cada año más de 400 km² de suelo fértil, mayoritariamente tierras agrícolas.

Una carrera contra el tiempo hacia 2030

La Comisión Europea, a través de la Estrategia de Biodiversidad 2030, ha puesto en marcha una hoja de ruta clara: restaurar la salud del suelo y lograr la neutralidad en su degradación de aquí a 2030. Es un objetivo ambicioso, pero esencial para un futuro sostenible. Sin suelos sanos no hay futuro para nadie.

Esto significa replantear cómo usamos y gestionamos el suelo. Apostar por prácticas agrícolas sostenibles, frenar la urbanización descontrolada y recuperar humedales o turberas drenadas, que actualmente están liberando grandes cantidades de carbono a la atmósfera.

La desertificación, una amenaza real

En el sur, centro y este de Europa, el 25 % de los suelos –unos 411.000 km²– presentan riesgo alto o muy alto de desertificación. En la cuenca mediterránea, la salinidad ya afecta a más de 3,8 millones de hectáreas.

¿Qué podemos hacer desde lo local?

Aunque parezca un problema lejano, la salud del suelo nos afecta en Talavera de la Reina, en Castilla-La Mancha y en toda la comarca. Proteger nuestros suelos es proteger nuestros campos, nuestros productos locales y nuestra biodiversidad.

Promover huertos urbanos, respetar zonas verdes, apoyar al comercio local que practica la sostenibilidad, y consumir productos de proximidad son pequeños gestos que conectan directamente con la regeneración del suelo.

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