Así puedes reclamar daños eléctricos por A2Valero

Talavera de la Reina – Una tormenta eléctrica, una bajada brusca de tensión o una avería en la red general pueden causar más que un simple susto: muchos vecinos se encuentran de un día para otro con el frigorífico, el horno o el televisor fuera de servicio. Lo que no todos saben es que, en estos casos, sí se puede reclamar a la aseguradora.
Los daños en electrodomésticos causados por alteraciones eléctricas están considerados como un siniestro cubierto por la mayoría de pólizas del hogar, en las mismas condiciones que cualquier otro incidente doméstico. Eso sí, hay matices importantes que conviene conocer para evitar sorpresas.

¿Qué cubren las aseguradoras?
En principio, cualquier electrodoméstico afectado por una sobretensión puede ser objeto de reclamación: desde neveras y congeladores hasta lavadoras o microondas. El requisito indispensable es que se pueda demostrar que el fallo fue provocado por una alteración eléctrica externa y no por un desgaste natural o una avería interna.
Para ello, la compañía suele enviar un técnico que evalúe el estado del aparato. Este paso es clave, ya que será el informe pericial el que determine si procede o no la indemnización.
Ojo con la antigüedad de los aparatos
Otro aspecto fundamental es el límite de antigüedad. La mayoría de aseguradoras fijan un umbral entre 7 y 10 años como máximo para considerar que un electrodoméstico está en condiciones de ser compensado económicamente. Si el aparato supera esa edad, es muy probable que el cliente solo reciba una compensación simbólica, o directamente ninguna.
Consejos para reclamar con éxito
- Guarda siempre las facturas de compra de tus electrodomésticos. Te servirán para acreditar la antigüedad.
- Toma fotografías del estado del aparato tras el incidente.
- Solicita por escrito al técnico un informe detallado que especifique que la causa ha sido una alteración eléctrica.
- Contacta con tu aseguradora lo antes posible tras detectar el daño.
Refrigeración, la más afectada
Los bienes de refrigeración —como frigoríficos y arcones congeladores— son los más sensibles a las variaciones de tensión, y además, los que pueden causar mayores molestias si dejan de funcionar: pérdida de alimentos, cortes en la cadena de frío, etc. Por eso, su correcta evaluación y sustitución rápida debe ser una prioridad en cualquier reclamación.